
Escrito por la psicóloga Nikolina Miljus.
¿Te preocupa cómo afrontarás las náuseas matutinas si tienes emetofobia o ansiedad ante el vómito?
Sigue leyendo para descubrir cómo puedes manejar la emetofobia y disfrutar de tu embarazo.
Hasta un 7% de las mujeres experimentarán emetofobia, o miedo a las náuseas y al vómito, en algún momento de sus vidas.
La alegría de convertirse en madre puede verse rápidamente reemplazada por la ansiedad derivada del síntoma más común del embarazo: las náuseas matutinas.
Ninguna de nosotras diría que le gusta sentirse mal o vomitar. Lo que diferencia a alguien con emetofobia es el miedo aterrador a todo lo relacionado con el vómito.
Los niveles de miedo asociados a la emetofobia pueden convertirse rápidamente en un ataque de ansiedad o de pánico.
¿Qué es la emetofobia?
La emetofobia es un miedo complejo que puede involucrar el temor a sentirse mal, a vomitar y también a entrar en contacto con el vómito.
Opresión en el pecho, latidos cardíacos acelerados, hiperventilación y la sensación de que vas a morir ante la mera posibilidad de náuseas o vómitos son indicaciones típicas de la emetofobia.
Las causas exactas de la emetofobia no se conocen completamente.
La comprensión actual vincula su origen a un evento traumático abrumador en la infancia temprana.
Por lo general, este incidente involucró dolor físico, sentimientos de impotencia y miedo, en combinación con sensaciones de malestar.
El miedo a los ataques de pánico puede llevar a quien padece emetofobia a evitar ciertos alimentos o a abstenerse de tener contacto cercano con otras personas por temor a una posible infección.
Es común que las mujeres con emetofobia teman el embarazo debido a la alta probabilidad de náuseas matutinas y los problemas que esto puede causar.
Basándonos en las experiencias de mujeres emetofóbicas que lograron dar a luz con éxito y en herramientas psicológicas que pueden ayudar a afrontar el miedo fóbico, aquí tienes una lista completa de estrategias que puedes usar para lidiar con las náuseas matutinas si tienes emetofobia.
1. Aprende a calmar tus miedos
Comprende por qué experimentas náuseas matutinas
Las náuseas matutinas son un buen indicador de que tu embarazo va bien y que tu bebé está sano, según un estudio reciente. Además, las náuseas matutinas también se asocian a un menor riesgo de aborto espontáneo.
El aumento en la producción de hormonas sexuales femeninas durante el embarazo prepara tu cuerpo y apoya el desarrollo fetal, pero también puede causar náuseas matutinas.
La mayor sensibilidad a los olores y la tendencia al reflujo ácido también contribuyen. Para la mayoría de las mujeres, las náuseas matutinas desaparecen hacia la semana 16. Solo un pequeño porcentaje de mujeres (una de cada 100 embarazadas) experimenta una forma más grave de náuseas matutinas.
Las náuseas matutinas no siempre implican vómitos.
Aunque sentir náuseas puede ser aterrador si tienes emetofobia, saber que aproximadamente el 50% de las mujeres con náuseas matutinas nunca vomitan puede ser útil.
Calma la ansiedad y alivia el pánico
Confiar en el lado racional de tu cerebro y recordarte que las náuseas matutinas no son señal de que algo va mal es solo el primer paso.
El siguiente paso es aprender a calmar tus miedos controlando el aspecto físico del ataque de pánico antes de que te abrume por completo.
El miedo y la ansiedad que acompañan a la emetofobia son especialmente desagradables porque te hacen pensar que lo peor va a suceder.
La tensión muscular, los escalofríos, los sofocos, el ritmo cardíaco acelerado y la hiperventilación son signos físicos de los ataques de pánico y responsables de generar pensamientos aterradores.
Aprender a controlar tu respiración y relajar los músculos no es un proceso complicado.
Solo necesitas un lugar tranquilo, al menos 30 minutos sin interrupciones y algunas instrucciones básicas.
Practica la respiración profunda por tu cuenta.
Sigue la sencilla regla 4-4-6: cuenta hasta cuatro mientras inhalas por la nariz, luego mantén la respiración contando hasta cuatro, y después exhala lentamente por la boca contando hasta seis.
De forma alternativa o complementaria, puedes escuchar audios gratuitos de meditación guiada.
2. Ayuda a tu cuerpo a sobrellevar las náuseas matutinas
La comida es tu aliada
Evitar la comida por miedo a enfermarte no es la mejor opción durante el embarazo. Comer los alimentos adecuados antes de sentir hambre sí lo es.
Algunas pautas básicas a tener en cuenta son:
- Un bocado antes de levantarte de la cama puede reducir las náuseas matutinas, y las comidas pequeñas pero frecuentes durante el día también ayudan.
- Elegir alimentos ligeros y suaves ayuda, ya que no irritan tu sentido del olfato.
- Mantente bien hidratada: beber sorbos de té de jengibre o menta puede ayudar con las náuseas. Evita beber agua durante las comidas.
Vitaminas prenatales
Si tomas vitaminas prenatales por la mañana, podrías considerar tomarlas por la noche. Algunos suplementos como el hierro pueden contribuir a las náuseas.
Tomarlas por la noche puede permitirte dormir mientras se digieren.
Además, vitaminas como la B6 pueden ayudar a controlar las náuseas matutinas y suelen ser recetadas. Consulta con tu ginecólogo/a o matrona para que las incluyan en tu régimen.
Medicamentos antieméticos seguros en el embarazo
El estrés de la emetofobia junto con el malestar puede acumularse y afectar negativamente tu embarazo.
Hablar con tu profesional médico sobre medicamentos antieméticos de venta libre o con receta (medicación contra las náuseas) es importante. Tomar medicamentos como Zofran o Phenergan puede ser una opción más segura que continuar con el malestar.
Esta es la vía que toman la mayoría de las mujeres emetofóbicas.
Opciones alternativas para las náuseas matutinas
Tratamientos alternativos para controlar las náuseas matutinas, como las pulseras de acupresión usadas para el mareo, la aromaterapia o la hipnoterapia, son seguros durante el embarazo y pueden proporcionarte alivio frente a las náuseas.
Descansa lo suficiente
Dale a tu cuerpo la oportunidad de adaptarse a todos los cambios físicos del embarazo: duerme lo suficiente y aléjate del estrés laboral o doméstico.
El cansancio puede contribuir a que las náuseas matutinas sean más frecuentes.
La actividad ligera, como caminar o hacer ejercicio moderado si te sientes capaz, puede ser justo lo que necesitas.
La actividad física ayuda a tu cerebro a segregar hormonas de la felicidad llamadas endorfinas, que pueden aliviar al menos un poco el malestar causado por la emetofobia.
3. Busca apoyo y ayuda profesional
Comparte tus miedos con alguien de confianza
Se cree que la emetofobia es la quinta fobia más común, pero las mujeres que la experimentan suelen ser reacias a compartir sus preocupaciones, principalmente porque creen que su miedo será menospreciado por no ser “tan serio” como otras fobias.
No permitas que estos pensamientos te impidan confiar en alguien de tu entorno, como tu pareja, una amiga cercana o un familiar.
Tu fobia no es menos grave que cualquier otra, y no deberías afrontarla sola, especialmente durante el embarazo.
No ocultes tu emetofobia a tu ginecólogo/a o matrona
Asegúrate de compartir con tu ginecólogo/a hasta qué punto la emetofobia está afectando tu embarazo.
El estrés provocado por vivir en ansiedad constante puede tener consecuencias físicas en tu cuerpo y afectar a tu bebé en desarrollo.
Además, vivir en un estado constante de ansiedad te quita la alegría del embarazo.
Hablar con un profesional sobre las opciones de psicoterapia y asesoramiento disponibles, así como sobre los tratamientos médicos, puede ayudarte a superar el miedo y a encontrar alegría en el embarazo.
Fuentes:
- https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/cpp.761
- https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3890925/
- https://www.health.com/anxiety/emetophobia
- https://iocdf.org/expert-opinions/emetophobia-fear-of-vomiting-as-an-expression-of-ocd/
- https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/02813430120819