La mayoría de los padres conocen la situación. Su hijo se ha portado mal. Tal vez se negó a irse a la cama a una hora razonable o les contestó de mala manera. Sea cual sea el caso, ahora hay que disciplinar al niño, pero cómo hacerlo ha sido motivo de debate durante décadas. Ahora que estamos en el siglo XXI, existe una mejor manera de disciplinar a tus hijos sin necesidad de recurrir a la agresión ni a la intimidación.
Conéctate con Ellos
Ningún padre quiere gritarle a sus hijos o, en el peor de los casos, recurrir al castigo corporal. Para ayudar a tu hijo a empatizar y respetar tus decisiones, intenta crear un vínculo con él. Pasa tiempo a solas con tu hijo, aunque sea menos de una hora al día. Créenos, empezarán a verte más como una fuente de autoridad.
Refuerzo Positivo
Aunque el refuerzo negativo debe aplicarse cuando sea necesario, el refuerzo positivo debe ser un precursor que ayude a evitar situaciones disciplinarias desde el principio. Elogia a tu hijo cuando se comporte bien y haga lo correcto.
Si hacer las cosas bien es simplemente lo esperado y no se refuerza de ninguna manera, los niños pueden alejarse de los buenos comportamientos en busca de aquellos que generen algún tipo de respuesta. Los niños que se sienten faltos de atención pueden portarse mal solo para llamar la atención de sus padres, incluso si es por un mal comportamiento.
Comunica
Los niños no siempre entienden lo que se espera de ellos. Los padres deben ser muy específicos al comunicar a sus hijos lo que necesitan que hagan. Algunos niños ni siquiera saben qué están haciendo mal hasta que es demasiado tarde.
A menudo, los padres asumen que el niño sabe lo que hizo mal, pero eso está lejos de la realidad. En lugar de decir “no hagas lío”, sé más específico. Usa ejemplos de lo que te preocupa. Di: “No corras mientras sostienes tu jugo” o “recoge tus juguetes cuando termines de usarlos”.
Bríndales una Oportunidad
La inmadurez de los niños a menudo significa que temen mucho las consecuencias de portarse mal. Esto puede mantenerlos fuera de problemas, pero cuando ocurre algo, puede traumatizarlos de por vida.
Cuando hagan algo que requiera disciplina, dales la oportunidad de explicarse e intenta que comprendan por qué lo que hicieron estuvo mal. Mantener un diálogo abierto les ayudará a entender por qué algo está mal, en lugar de solo saber que no pueden hacerlo. Mantente calmado y sereno al hablar con tu hijo sobre su comportamiento.
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