El embarazo es una etapa llena de emoción, anticipación y, desafortunadamente, muchos mitos y conceptos erróneos. Desde creencias populares hasta consejos transmitidos de generación en generación, puede ser difícil separar la realidad de la ficción. Aunque algunos mitos son inofensivos, otros pueden causar estrés o confusión innecesarios. Aquí desmentimos algunos de los mitos más comunes sobre el embarazo para ayudarte a vivir esta etapa con mayor claridad.
1. Mito: Estás Comiendo por Dos
Realidad: Si bien es cierto que necesitas nutrientes adicionales durante el embarazo, no es necesario duplicar la cantidad de comida. En lugar de comer el doble, concéntrate en consumir alimentos nutritivos que aporten las vitaminas y minerales que tú y tu bebé necesitan. Generalmente, se recomienda un extra de 300 calorías por día durante el segundo y tercer trimestre, pero esto varía según la mujer. Comer en exceso puede provocar un aumento de peso innecesario y otros problemas de salud.
2. Mito: La Acidez Indica que tu Bebé Tendrá Mucho Pelo
Realidad: Aunque existe la creencia popular de que la acidez durante el embarazo predice que el bebé nacerá con mucho pelo, no hay evidencia científica que lo respalde. La acidez se debe más probablemente a cambios hormonales que relajan los músculos del sistema digestivo, provocando reflujo ácido. Aunque algunos bebés nacen con mucho pelo y otros no, la acidez no influye en esto.
3. Mito: No Debes Hacer Ejercicio Durante el Embarazo
Realidad: En la mayoría de los casos, el ejercicio regular es beneficioso durante el embarazo y puede ayudar con la circulación, reducir el estrés y mejorar la salud general. Actividades como caminar, nadar y yoga prenatal suelen considerarse seguras. Sin embargo, es importante consultar con tu médico antes de comenzar o continuar una rutina de ejercicios, especialmente si tienes alguna condición médica o un embarazo de alto riesgo.
4. Mito: Llevar la Barriga Alta o Baja Indica el Sexo del Bebé
Realidad: Uno de los mitos más persistentes es que llevar la barriga alta significa que es niña y baja que es niño. En realidad, la forma en que llevas al bebé depende de factores como la posición de la placenta, tu tipo de cuerpo y si es tu primer embarazo. La única manera confiable de saber el sexo es mediante ecografía, pruebas genéticas o amniocentesis.
5. Mito: No Puedes Teñirte el Cabello Durante el Embarazo
Realidad: No hay evidencia sólida que sugiera que teñirse el cabello sea perjudicial durante el embarazo. Aunque se recomienda evitar productos químicos agresivos, la mayoría de los tintes actuales se consideran seguros. Si tienes dudas, puedes optar por tintes sin amoníaco o mechas, que no tocan el cuero cabelludo. Siempre es buena idea consultar con tu médico si tienes inquietudes sobre tratamientos capilares durante el embarazo.
6. Mito: Debes Evitar Toda la Cafeína
Realidad: Es común creer que la cafeína está totalmente prohibida durante el embarazo, pero el consumo moderado generalmente se considera seguro. Los expertos sugieren limitar la ingesta a unos 200 miligramos por día (aproximadamente una taza de 350 ml de café). El consumo excesivo de cafeína se ha relacionado con mayor riesgo de aborto espontáneo y bajo peso al nacer, por lo que la moderación es clave.
7. Mito: El Brillo del Embarazo Significa que Estás Muy Saludable
Realidad: El llamado “brillo del embarazo” que algunas mujeres experimentan—caracterizado por una piel radiante—suele ser resultado del aumento del flujo sanguíneo y los cambios hormonales. Sin embargo, no todas las mujeres lo experimentan, y algunas pueden tener problemas cutáneos como acné, estrías o cambios de pigmentación. El aspecto de la piel durante el embarazo no indica necesariamente tu salud general; es solo uno de los muchos efectos de las hormonas del embarazo.
8. Mito: Las Mujeres Embarazadas Deben Evitar el Sexo
Realidad: Para la mayoría de las mujeres con embarazos saludables, el sexo es seguro y puede continuar durante todo el embarazo. Sin embargo, es importante escuchar a tu cuerpo y consultar con tu profesional de salud si tienes alguna inquietud. Hay situaciones, como embarazos de alto riesgo o complicaciones como placenta previa, en las que puede ser necesario evitar o modificar las relaciones sexuales. Consulta siempre con tu médico si tienes dudas específicas.
9. Mito: Debes Evitar Todo Tipo de Pescado Durante el Embarazo
Realidad: Si bien es cierto que ciertos tipos de pescado—especialmente los altos en mercurio como el pez espada y el tiburón—deben evitarse durante el embarazo, el pescado es una excelente fuente de proteínas y ácidos grasos omega-3, beneficiosos tanto para la madre como para el bebé. Elige opciones bajas en mercurio como salmón, trucha y sardinas, que pueden consumirse varias veces a la semana. Asegúrate siempre de que el pescado esté bien cocido para evitar enfermedades transmitidas por alimentos.
10. Mito: Las Náuseas Matutinas Indican que Tendrás una Niña
Realidad: Las náuseas matutinas, que afectan a muchas mujeres en las primeras etapas del embarazo, no tienen relación con el sexo del bebé. Se cree que la causa es el aumento de ciertas hormonas, especialmente la gonadotropina coriónica humana (hCG), y pueden afectar tanto a mujeres que esperan un niño como una niña. Algunas mujeres experimentan náuseas intensas y otras no, independientemente del sexo del bebé.
11. Mito: Si Tienes un Retraso Menstrual, Definitivamente Estás Embarazada
Realidad: Aunque la ausencia de menstruación es uno de los signos más comunes de embarazo, existen otras razones para un retraso, como el estrés, desequilibrios hormonales, cambios de peso o ciertas condiciones médicas. Si tu periodo se retrasa, una prueba de embarazo es la forma más confiable de confirmar si estás embarazada, y siempre es recomendable consultar con un profesional de la salud para una confirmación adicional.
12. Mito: Debes Evitar los Baños Calientes o las Saunas
Realidad: Si bien es cierto que el calor excesivo puede ser perjudicial durante el embarazo, especialmente en el primer trimestre, el calor moderado de un baño o ducha generalmente se considera seguro. Sin embargo, se deben evitar jacuzzis, saunas y baños de vapor, ya que pueden elevar demasiado la temperatura corporal y aumentar el riesgo de defectos congénitos. Si disfrutas de los baños calientes, asegúrate de que el agua no esté demasiado caliente y evita permanecer mucho tiempo sumergida.